Francesc Morera, la memoria fértil – Joaquim Vinyes
“.. una obra escultórica que cuando no nos cautiva por su perfección y belleza lo hace como la más exigente propuesta intelectual. Artífice de paciencia infinita, demiurgo ontológico, nos hace una propuesta sobre la ausencia del ser, que el cree – y lo comparto - mas sugerente que su presencia. Solo nos ofrece vestigios: las señales, las huellas, las líneas, los ángulos, las cáscaras, las conchas. El envoltorio más exiguo que puede a darnos de una presencia ya ausente.
Ni los muros románicos, ni sus tintes hieráticos, mero halago superficial, pura zarandaja retórica: solo el espacio, el silencio, el vacío que se crea en su interior…”